martes, 31 de marzo de 2009

A m O R

Una caja de cristal fue el regalo de su vida.
Fue de sorpresa (como caída del cielo hasta me atrevería a decir). Como cualquier chiche nuevo, fue recibido con mucho amor y cuidado, tal vez sin saber el cuidado que este bien se merecía.
Esta cajita estuvo en su vida siempre… nunca se fugó.
Era tan preciada, tan valiosa, tan irrompible. Ese era el problema, daba la impresión de que era irrompible, pero al fin y al cabo era de cristal, bastante fácil de quebrar.
En ella se guardaron toda clase de secretos, las más íntimas confesiones, las preocupaciones mas profundas, las alegrías más plenas, los temores más oscuros y las risas más contagiosas.
Recorrió bastantes cosas, diversos lugares, diferentes situaciones, variedades infinitas de personas, Ah! Sí. Muuuchas personas pasaron por ella, y ella pasó por otras tantas, pero siempre volvía a la dueña; y la dueña, por correspondida que era, siempre volvía a su querida caja de cristal.
Como antes dije este tesoro las vivió todas, tanto que se cayó incontables veces, aunque ella siempre fuerte, nunca se rompió; es mas, parecía que cada golpe la hacía mas impenetrable, era algo increíble.
Pero un día sucedió.
El cristal primero se quebró, luego se astillo y por último estalló.
Inesperadamente obvio. Nada aguanta tantas cosas, por más que parezca lo más fuerte del mundo y siga reluciendo hasta el último destello del cristal, por dentro se hacen grietas que no se ven, ni se imaginan que están.
La dueña con paciencia y dedicación juntó los pedacitos y la volvió a armar, como ya en muchas ocasiones lo había hecho la cajita con ella, demostrándole lo que era con cada parte de su alma que estaba guardado en ahí dentro.
Las personas, los objetos, los animales, las plantas, todos somos débiles, rompibles, descartables… aunque con un acompañante (sea lo que sea, quien sea) siempre uno se hace inquebrantable, lo único es que hay que encontrar eso donde poder guardar tu alma, para siempre, sabiendo que no se la llevaran a ningún lado. Teniéndola siempre al lado tuyo, en el mismo camino. Pase lo que pase.


Y desde hace muchos años que te denominé "mi mejor amiga", ya es costumbre... pero no es costumbre todo lo que te quiero, porque lo que siento por vos cada día aumenta mas. Te amo con toda mi alma cajita de cristal.

1 comentario:

Johana Micaela dijo...

te encontré, y esto me gustó, así que te agrego a mis links compa de comuu :)